Por JORGE ORTEGA
Así como hizo Hugo Chávez en Venezuela que creó una alcaldía paralela para tener el control absoluto sobre la ciudad de Caracas cuando el partido contrario ganó las elecciones, así mismo se está creando un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos con el único objetivo de restarle toda función y beligerancia al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, el Ombudsman Dr. Ramón Custodio López. El Dr. Custodio lleva más de 50 años luchando por los derechos humanos en Honduras, su voz fue de las pocas que se escuchó durante las dictaduras militares y durante la oscura época del General Álvarez Martínez en la década de los años 80. Él ha sido fiel a sus principios de respeto a la ley y a “los derechos del hombre” y hasta ha sido injustamente atacado por su implacable defensa de estos derechos sin importar que los defendidos hayan sido comunistas, delincuentes o mareros. Fiel a sus principios de respeto a la ley tuvo que oponerse a los deseos ilegales de un presidente déspota y traidor a su juramento de defender y respetar la Constitución de la República, eso le ha ganado el repudio de aquellos que hace apenas 30 años se beneficiaron de su beligerancia y valentía. El grupo de comunistas hondureños se está comportando como perros salvajes, coyotes o lobos que muerden la mano de aquel que los ha protegido. ¡Nunca van a poder manchar la impecable hoja de servicio que el Dr. Ramón Custodio López ha prestado a la Patria!!!
Pero el camino para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente nuevamente se está preparando y se están poniendo en juego todo un conjunto de pactos y juramentos entre personas que se caracterizan por su natural comportamiento de oportunismo e inmoralidad, toda oposición deberá ser eliminada. Han estado engañando al pueblo haciéndoles creer que eso será el renacer de Honduras hacia una sociedad justa y próspera, ocultando la razón de que el único objetivo de la constituyente es establecer la reelección presidencial indefinida con lo cual se estaría implantando una dictadura “democrática” al estilo de Venezuela o Cuba donde los organismos electorales únicamente responden a los intereses del que está sentado en la silla presidencial. Es decir, una ilusión democrática mucho peor que la actual nuestra donde las instituciones electorales responden a intereses de “grupos de poder”.
Los comunistas creen que están utilizando a Zelaya para obtener cambios sustanciales en la constitución, cambios que los favorezcan a ellos como grupo ideológico, además de la promesa de que serán ellos los diputados constituyentes.
Los campesinos y obreros creen que con una nueva constitución se van a mejorar sus condiciones laborales y sociales, y que por vía decreto va a desaparecer su pobreza.
Los dirigentes sindicales y campesinos creen en las promesas de Zelaya que serán ellos los diputados constituyentes para asegurarse que la nueva constitución vele por los intereses de ellos como dirigentes, hasta posiblemente “vitalicios”.
Los dirigentes de los partidos políticos ven que la presión internacional para la convocatoria a la constituyente es demasiado grande y que más vale no oponerse, y no quemarse, y así mantener viva la esperanza de caer “bien parados” cuando surja el nuevo gobierno.
El Sr. Lobo ha estado midiendo fuerzas y ya vio que tiene controlado a todos sus ministros, tiene control absoluto sobre el poder legislativo que sigue ciegamente sus órdenes, tiene sometido e intimidado al poder judicial, tiene controlado a gran parte de la prensa y tiene la excusa perfecta “del reconocimiento” para seguir las instrucciones Castro-Chavistas a través de su organismo títere, la OEA, así cuando se vea “obligado” a convocar a la constituyente, él mismo va a tener suficiente poder como para ser el presidente durante esté reunida la asamblea constituyente y después a lo mejor se queda él en la presidencia de legislativo, o ¿por qué no?, en la presidencia del ejecutivo.
Zelaya cree que tiene completamente engañados a los comunistas, a los dirigentes sindicales y campesinos, a la dirigencia magisterial y que el control que cree Lobo que tiene en el Congreso Nacional se le va a dar vuelta en cuanto él, Zelaya, chasquee los dedos de su mano izquierda y los diputados se van a abalanzar a seguirlo a él incondicionalmente pues él es el mesías, el salvador de Honduras y bendecido por su papa Chávez.
Los dos ex presidentes que se comen las uñas por volver a ser presidentes están callados en espera que se convoque a la constituyente para iniciar la movilización de toda su maquinaria humana pues bien creen que cuentan con el liderazgo suficiente para vencer a cuanto adversario político se presente, sea éste del partido opositor o de su propio partido.
Y las desafortunadas palabras de la profesora Nora viuda de Melgar de que como país pobre “debemos obedecer órdenes” de organismos e intereses extra nacionales deben ser tomadas de donde vienen, una señora que fue esposa de un militar que perpetró un golpe de estado e instauró un gobierno caracterizado por la corrupción y la venta de los intereses nacionales. Si Honduras es pobre debemos, en parte, agradecérselo a ella y a su tristemente recordado esposo que lo único que aseguró, en sus años de dictadura, fue apropiarse de bienes del Estado que ahora sirven de patrimonio particular de la familia Melgar.
Honduras no tiene por qué obedecer órdenes de Insulza, OEA, ALBA, ni de nadie por dos sencillas razones: ningún organismo internacional tiene facultades para entrometerse en los asuntos internos de los Estados, ese intervencionismo está prohibido en sus propios estatutos y por lo tanto sus “ordenes” son ilegales e inmorales, y en segundo lugar debe recordársele a los maestros Nora de Melgar y Porfirio Lobo que Honduras es un País soberano que únicamente le debe obediencia a las legítimas exigencias de salud, educación y seguridad jurídica de su pueblo y que estos derechos están debidamente establecidos en la actual Constitución de la República de Honduras.
Y aquellos que sabemos que lo que está sucediendo es sólo una lucha de poderes entre las mismas personas que hoy ostentan el control político y económico en Honduras, vemos estos acontecimientos como una tragedia que lo único a lo que lleva es a una encarnizada lucha por el poder, una lucha que va a encender, por un lado, el polvorín de ambiciones de los “grupos de poder”, y por el otro lado, hacer estallar la frustración e impotencia de todo un pueblo que, engañado con la promesa que con una nueva constitución desaparecerán todas sus carencias y dolencias, va a dejar como resultado una gran cantidad de muertos y un incremento de la pobreza, nada más.
San Pedro Sula, 25 de septiembre del 2010.