jueves, 23 de diciembre de 2010

Carta a Don Arturo Corrales


Sr. Dr. Arturo Corrales A.

Secretario de Planificación y Cooperación Internacional

Tegucigalpa.

Su correo electrónico.


Estimado Don Arturo, 

No lo conozco personalmente don Arturo, pero me han dicho que Ud. es una persona  inteligente y hábil. También he sabido que Ud. se guía en la vida por un principio que considera superior a todos los demás: “El fin justifica los medios”. En consecuencia Ud. es un discípulo de Maquiavelo.

Pero, a pesar de lo anterior, no logro entender su ardua defensa pública del desvanecimiento absoluto de las causas pendientes contra Manuel Zelaya Rosales. Respetuosamente le digo que en este caso, no entiendo sus fines, no entiendo los medios que propone y no entiendo los argumentos que esgrime.

Primero que todo: ¿A quién defiende Ud.?
·        A una caricatura de caudillo, cuyo principal objetivo es el enriquecerse él y su familia.
·        Un gobernante que receló durante su mandato la existencia del Congreso, el Fiscal General y la Corte Suprema y de hecho confrontó estas Instituciones.
·        Una persona que cambia sus puntos de vista cada día o en algunos casos cada hora, dependiendo de su estado de ánimo y de las personas a quienes ha visto recientemente.
·        Un personaje siniestro, rodeado de unos pocos asesores con lazos con Venezuela y Cuba y con el crimen organizado.
Si acaso no reconoce estas expresiones, son las impresiones del Ex Embajador Charles Ford dadas a conocer por WikiLeaks. Podemos agregar que es un político corrupto que dejó en la bancarrota al país.
Entonces, don Arturo, Ud. no defiende a una persona buena y virtuosa, sino a una persona que no le puede hacer bien al país.

¿Porqué lo defiende el actual Gobierno? Algunos temen que sea por sus vinculaciones con el narcotráfico y el crimen organizado.

A pesar de que don Manuel Zelaya está acusado de falsificación de documentos y de fraude contra la Hacienda Pública, Ud. se atreve a decir que quizás es cierto que estas acusaciones tienen un trasfondo político y expresa con desfachatez que “Así como se hace, así se deshace” y que si este lío es de origen político, hay que hacer a un lado a la Ley y arreglarlo políticamente.

¿Cómo siendo Ud. tan inteligente, puede decir algo tan torpe? O sea, ¿que si hay un lío que tiene un origen violento, hay que resolverlo con el uso de la violencia? ¿O si un lío fue ocasionado por una violación a la Ley, hay que resolverlo mediante otro ilícito?

Me apena recordárselo don Arturo, pero uno de los mayores avances de la civilización occidental, ha sido la solución de todos los conflictos por la vía de la Ley. Lo que Ud. sugiere significa volver a las cavernas.

Ud. afirma también que la presidencia, la corte, el congreso, la fiscalía, etc. deben “complementarse” para encontrar una solución a los juicios de Zelaya.

Don Arturo, Ud. debe haber leído algo de Teoría del Estado. Al menos debe tener alguna noción vaga del porque existe la división de Poderes en el Estado moderno. Ciertamente no es para que se complementen, no. Es para que se hagan contrapeso: para que uno evite los excesos del otro. Por favor, don Arturo, no diga esas cosas que ponen en entredicho su conocimiento.

Y por último don Arturo, ¿cómo es posible que hable de estado de necesidad en este caso? Supongo que Ud. no es abogado, pero cualquiera medianamente culto sabe que el estado de necesidad es una figura jurídica, un vicio de la voluntad que se invoca como atenuante de un delito.

Me imagino que Ud. no estará proponiendo que la Corte Suprema de Justicia cometa un delito y que invoque estado de necesidad ¿Verdad? 
Afirmar que aquí existe la necesidad imperiosa, la fuerza insuperable, la urgencia apremiante de traer a Mel, como para que se viole la Ley, ofende la razón y el sentido común.

Es tan absurdo, como que el Estado le ponga abogados a Mel para defenderlo de las acusaciones que le hace el pueblo de Honduras, representado por el Ministerio Público.

¿Qué tiene Mel que es capaz de llevarlo a Ud. don Arturo, a cometer tantos desaguisados?
No lo sé, pero acabo de escuchar su última carta, negándose a venir hasta que no estén en la cárcel todos los “golpistas”.
Una vez más, Mel deja en ridículo al Gobierno.
¿Qué irá a argumentar Ud. ahora, don Arturo?

Le deseo Feliz Navidad Don Arturo.

Atentamente,


Vana Gloria Política

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