Por. Juan M. Dabdoub Giacoman
Si durante la crisis desatada por el ex presidente Manuel Zelaya, los hondureños dieron ejemplo al mundo de lo que es un pueblo de convicciones, civismo, valentía y patriotismo; hoy, Porfirio Lobo parece más un desarraigado, que un fiel representante de su pueblo.
Porfirio Lobo y los diputados del Partido “Extranjero” (les está quedando grande el nombre de Nacional) se están atragantando el poder otorgado por su pueblo; olvidando que lo tienen gracias a la integridad de Don Roberto Michelleti, de los miembros del Partido Liberal, de la Instituciones públicas y privadas y la ciudadanía en general, quienes antepusieron el bienestar de la Nación a sus intereses personales; cosa en la que ellos no parecen estar interesados.
Parece que la fracasada educación comunista recibida por el señor Lobo en la desaparecida Unión Soviética está aflorando en su mandato; y con un Congreso “aborregado” y pusilánime, en manos del Partido “Extranjero” han olvidado las necesidades del pueblo hondureño y se han concentrado en explorar las posibilidades de perpetuarse en el poder.
En tan corto tiempo en el poder, Porfirio Lobo ha acumulado tal cantidad de desaciertos que tiene preocupados a los hondureños y a la comunidad internacional:
Ø La “eternización” del problema de los maestros,
Ø La invasión de tierras del Bajo Aguán,
Ø La propuesta de un nuevo aumento retroactivo a los salarios mínimos, cuando todavía la economía no se repone del aumento decretado por Zelaya,
Ø La confiscación tramposa un canal de televisión privado, para dárselo al Estado,
Ø El intento de socavar la autoridad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos,
Ø La creación de una cuarta instancia en la jurisdicción nacional, arbitraria e inconstitucional,
Ø El ataque a la separación de poderes cuando pidió públicamente que la Corte revocase la sentencia con la que se destituyeron jueces controlados por el ex presidente Manuel Zelaya; y cuando aceptó unilateralmente ---y sin dignidad--- el documento de la OEA donde se solicita moratoria para los juicios que existen contra Zelaya,
Ø El otorgamiento al prófugo ex presidente Manuel Zelaya de la representación de Honduras ante el Parlacen,
Ø La sumisión voluntaria de la soberanía de Honduras para que extranjeros la juzguen, a través de una “Comisión Internacional Contra la Impunidad” (¡tanto que su pueblo la defendió!); y……
Desafortunadamente hay más, pero si algo refleja en manos de quien está el gobierno de Honduras en estos momentos fue la afirmación de Porfirio Lobo de que SI HUBO GOLPE DE ESTADO en la destitución constitucional de Manuel Zelaya.
¡¡Desacreditó de un plumazo a todas las instituciones públicas y privadas de Honduras, junto con las Iglesias Católica y Evangélica!!
¿Traición?; ¿hipocresía?; ¿mentira?; ¿por qué no dijo eso cuando estaba en campaña por la presidencia? Solo él sabe lo que tiene en su mente.
Lo que es claro es que sigue a la perfección el arte del Príncipe Maquiavelo en aquello de “Definirse es limitarse”; por lo tanto oculta sus intenciones y se adapta a su conveniencia. Los demás no le importan. Seguirle es un riesgo impredecible.
Por eso no sorprende ahora que quiera violar la Constitución buscando cambios truculentos e ilegales con el referéndum y el plebiscito, con el fin de crear una Asamblea Constituyente y finalmente proponer su reelección, al más puro estilo Chavista.
Pero no todo es malo en el gobierno de Porfirio Lobo y sus cómplices del Partido “Extranjero”, pues han logrado unir a los hondureños… en su contra, pero los han unido.
En otros países esta situación provocaría preocupación y desanimo; pero los hondureños “se cuecen a parte”; están preocupados, pero listos para volver a tomar las calles.
Esta historia pinta para repetir el ocaso vergonzoso de un presidente hondureño que traicionó a su pueblo, pero con la novedad en este caso de que con todo y partido,
Estos políticos pronto olvidaron que Honduras ya no es la misma, que su gente supo enfrentar lo que fuera necesario para no vivir de rodillas ante nadie; y sí ya doblegó al mundo, ahora lo va a hacer con ellos.
El Partido “Extranjero” controla la Presidencia de la Republica y el Congreso; pero no al poder Judicial, ni al Ejército Hondureño (así, con mayúsculas); quizá este partido apueste a que haya traidores dentro del Ejército Hondureño; y bueno, son humanos, y si a Cristo se le coló Judas, aquí…
Quizás unos pocos traicionen a esta noble institución, pero la mayoría los pondría en su lugar.
Sí los miembros del Partido “Extranjero” esperan seguir viviendo en Honduras; espero que no hagan que sus familias vivan avergonzadas el resto de sus días. Y que les permitan a sus hijos vivir de cara al sol, orgullosos de ellos.
El señor Lobo debería atender las señales de su pueblo; pues aquí el cuento podría acabar diferente.
La “Caperucita”, señor Lobo no es de color rojo; es blanca… blanca color democracia.
Sus compatriotas ya conocen el camino para defender su País y lo van a hacer con más enjundia que en el pasado. Ya conocen el camino… ya están templados.
Ya empezaron a dar señales de vida y los demócratas del mundo estaremos listos para disfrutar de nuevo de un ejemplo más de la gallardía hondureña.
Así que, señor Lobo, prepárese, pues…
Ahí vienen los hondureños… ¡otra vez!
Juan M. Dabdoub Giacoman
Monterrey, N. L. México.
18 de Octubre de 2010
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