lunes, 11 de octubre de 2010

DE LOS LAMENTOS A LA ACCIÒN

Por Martha Lorena Alvarado de Casco

¡Despiértate Honduras!

Es decisivo para Honduras que la ciudadanía tome conciencia de que su participación activa es impostergable.
Si bien es cierto no existe otro mejor modelo de gobierno que la Democracia, lo cierto es que ésta se vulnera cuando los políticos, quienes estan llamados a resolver los grandes problemas de la sociedad, se convierten en el problema.
Es insólito que a unos pocos meses de gobierno, se nos quiera  imponer un nuevo proyecto de reelección. Es de todos conocidos que una Asamblea Nacional Constituyente es el instrumento político que permite hacer las reformas constitucionales de los artículos pétreos, los cuales limitan la continuidad en el poder de quienes se sienten los redentores de nuestro país.
La Asamblea Nacional Constituyente esta en boga en los países del Alba y tiene como fin establecer una refundación de los países con el objetivo de imponer el socialismo  del Siglo XXI o en otras palabras, proyecto  expansionista de Fidel y Chávez, con sus respectivos fracasos. Tristemente, hay quienes han visto en esta turbulencia política nacional, una única oportunidad de oro para alcanzar otro propósito que, sin lugar a dudas, ha venido cercenando las mentes de unos cuantos malos hondureños aprovechados de la nobleza de este pueblo: la reelección presidencial.
Desenmascarar la verdadera intención y la urgencia por reformar el Articulo 5 de la Constitución que  regula la figura del plebiscito y el referéndum, es la primera tarea de la ciudadanía. ¿Quién se opone a la consulta? Nadie obviamente, es un asunto pertinente a la participación ciudadana. 
Pero, ¿por qué consultar ahora y de qué? Nadie tiene respuestas claras  y cuando no hay transparencia es porque la intención es torcida. Conclusión, después de una elección tan concurrida y transparente, en la que, además, podemos  decir que se realizó el primer referéndum sobre la necesidad o no de una Asamblea Nacional Constituyente  y avasalladoramente ganó el no. ¿Por qué el afán y la premura de reformar el Art. 5?; No sería más conveniente y oportuno  esperar? De esta manera le evitamos  una fuerte tentación al Presidente del Congreso y al  Presidente de la República de empujarnos  hacia una Constituyente. En toda decisión importante  se deben analizar los tiempos oportunos.
Honduras no da para más juegos y tretas políticas. Es imperdonable que con este tipo de manipulación del dialogo, la inclusión y la representatividad se nos quiere llevar a un abismo.  Las preguntas obligadas, ¿Y el despegue económico, cultural  y social de nuestro país?, y la inversión extranjera?, ¿y la seguridad jurídica?¿y la educación, la salud ….? Parece que la agenda de Chávez de vengarse de Honduras por haber detenido su plan expansionista del Siglo XXI esta dando frutos y los políticos ambiciosos mordieron el anzuelo.
Honduras no  puede tolerar que personajes extraños como Insulza induzcan al país a una crisis, no solo institucional sino general y menos aún, que los mismos personajes oscuros de los distintos partidos confabulen contra sus hijos y sus más nobles ambiciones.
Honduras esta cansada y adolorida por este abuso de poder. Llegó la hora de la ciudadanía activa. Todos aquellos hondureños y hondureñas comprometidos con la cultura del trabajo, los valores de la familia, los principios democráticos y la fe, deben manifestar su repudio a esta nueva artimaña política. Debemos  asumir desde ahora un papel protagónico, deliberante y acucioso, así como, recordar a nuestras autoridades que estan allí para servir, para atender las necesidades vitales de nuestra gente y no para despilfarrar los caudales públicos en hazañas maquiavélicas.
 Ciertamente, esta falta de respeto a la ley y a nuestra dignidad  nos obliga a salir de nuestra pasividad e indiferencia. Es urgente posesionarnos de nuestra Patria. Hemos dejado demasiado tiempo a los políticos hacer lo que se les viene en gana y como cita una frase, la política es demasiado importante como para dejarla exclusivamente en manos de políticos.
Debemos hacer lo que se hace en las grandes y maduras democracias. Escribir a nuestros representantes en el Congreso, participar en los medios, formar grupos cívicos y ciudadanos, manifestarse, en fin, utilizar todos los recursos legítimos y pacíficos para alzar nuestra voz. Recordar que la verdad hace temblar a los que se esconden y manipulan con fines egoístas y perversos. No olvidemos que aunque a veces nos parezca que es muy poco lo que se puede hacer frente a una maquinaria de poder, en realidad, solo aparentan ser más de lo que  son.
Pasemos a la acción y dejemos atrás los lamentos. Defendamos como hombres y mujeres valientes la patria que nos vio nacer. ¡Despiértate Honduras!
   


2 comentarios:

  1. Honduras despertó.
    Somos muchos los que tenemos clara la situación política actual; pero, es muy evidente que necesitamos a un grupo de personas que asuma ese rol de protagonismo o liderazgo y se proceda a diseñar la estrategia a seguir.- Dejemos atrás tanta argumentación y vamos a la ACCION !!.- No perdamos más tiempo que los adversarios ya estan atacándonos y convoquemos a todos los personajes interesados e idóneos ya conocidos (UCD, Renacer, etc.)a una reunión con Objetivos y Metas definidos.- Yo me apunto.

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  2. La ciudadanía Hondureña en masa y sin vacilaciones, debe hacerse oir una y otra vez, por los diferentes medos de opinión respecto a la continuidad de su Carta Fundamental.
    Los paises no avanzan si a cada rato o por cualquier mezquino interés de unos pocos, se está reformando su Carta Magna.
    Mientras más inamovible sea, más fuerte será la democracia y los representantes del pueblo, se deberán ocupar en dar solución a los problemas del pueblo y dejar de preocuparse de sus intereses personales, caudillistas, en muchos casos y menos ser vaso comunicante de ideas totalitarias fracasadas como las que impulsan Fidel Castro desde Cuba, el Tirano y Ladrón Hugo Chávez desde Venezuela y desde la OEA la escoria y rata chilena, José M. Insulza, peón del chavismo, socialista burgués y oligarca.

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